Frank García

Frank García

Frank García (1982). "Yo nací a principios de los años 80. Soy uno más de esa generación de hombres que aprendió a leer con el libro Nacho y que luego en la pubertad se hizo seguidor de Nacho Vidal (Al parecer leer, está muy ligado al descubrimiento sexual). En mi caso puedo asegurarles que sí. Me enamoré de niño de las tetas de mi primera maestra, así que mientras aprendía a unir los sonidos de las vocales y las consonantes, también descubría la belleza de la sexualidad. Hoy día leer, escribir y recitar es tan liberador para mí como aprender y disfrutar de mis orgasmos, y de los caminos que me llevan hacia ellos.

1 (99p)

Santo Domingo

Santo Domingo tiene problemas psicológicos. Aún anhela ser otra. Aún sueña con ser Buenos Aires. Aún quiere lucir cosmopolita como los Ángeles y bohemia como La Habana. Santo Domingo se avergüenza de sus arrugas y no se siente hermosa. Santo Domingo es ciega del alma: una mulata que se alisa el pelo y corta sus raíces. Santo Domingo es una niña que recuerda el día en que su padre mató a su madre a machetazos. Se niega ir a terapia, le aterra encontrarse consigo misma y luego no saber qué hacer. Santo Domingo tiene problemas psicológicos.


2 (99p)

Viene pronto

En la Zona Colonial hay un parque; sus bancos son de concreto.
En el espaldar de uno de esos bancos fue escrito con pintura roja:
"Cristo viene". Ayer en la noche me senté y mientras miraba el cielo, un anciano extranjero jugaba con mi herencia africana. Al terminar su juego oral, puso un billete en mis manos y se fue sin despedirse. En la Zona Colonial hay un parque que a las 7 de la noche se llena de hombres jóvenes que olvidan sus sueños cuando se sientan en un banco de concreto que dice: "Cristo viene".


3 (73p)

El manual

¿A dónde van nuestros hombres a llorar?
¿En dónde esconden el colín y agarran las poesías?
¿En dónde vuelven a ser y a dejarse fluir?

¿A dónde van nuestros hombres cuando pierden a sus madres y a sus hijas?
¿En dónde pueden quemar el maldito manual?
¿En dónde pueden decir que están cansados de tanto trabajar?

Si ya no hay lugares escondidos en Villa Mella y en La Feria,
¿a dónde van nuestros hombres a llorar?


4 (28p)

Voyeristas

Somos voyeristas y sabemos a qui´n culpar.
Es el vecino que se pasea sin camisa y su torso
se ha convertido en el detonante de esta parafilia familiar.


5 (92p)

El intento

Salí de Puerto Plata huyendo de mí:
dejé la pared de mi habitación cubierta de imágenes de bandas de rock.
Salí temprano y no me atreví a despedirme del océano Atlántico,
porque sabía que me preguntaría cuál era la razón de mi viaje y me dio miedo decirle la verdad.

Llegue a Santo Domingo huyendo de mí:
alquilé un aparta-estudio en Mata Hambre y lo llené de imágenes de bandas de rock.

Llegué tarde a mi encuentro con el mar Caribe.
Llegué tarde a mi intento de ser el que no soy.


6 (93p)

Trans

Las chicas trans embellecen las calles de Villa Juana y de Ciudad Nueva:

el brillo de sus vestidos nunca logra superar lo que transmiten sus ojos.



La manera en que caminan es un discurso.

La manera en que respiran es un llamado al arte y a la poesía.


Las chicas trans son capaces de crear nuevas galaxias con sus sonrisas:

la energía que llevan dentro derrumba viejas doctrinas y falsos profetas.

La manera en que viven es un discurso.
La manera en que caminan es un llamado al arte y a la poesía.


7 (88p)

Musas enfermas

Las musas se enferman en esta institución.

La desigualdad te hipnotiza y te hace creer que es algo normal.

Al cruzar la puerta a las 8 de la mañana se te olvidan
todas esas ideas psicodélicas que llegaron a tu cabeza en sueños.



Las musas le tienen pavor a las palabras: deuda y quincena.

Uno deja su campo pensando que en la capital hay más oportunidades
para escribir y de repente se te pasan 9 años siendo solo un código más.

Las musas se enferman en esta institución.


8 (40p)

Demasiado Nacer

La vida es un constante nacimiento:
Me atracaron en Villa mella (Nacimiento número uno).
Me atracaron en la Zona Colonial (Nacimiento numero dos).
Me atracaron en un "blind date" (Nacimiento número tres).
Vivir en Santo Domingo es un constante renacer.


9 (51p)

Buena actriz

Mi vecina es atea.
Mi vecina tiene un alma libre y un cerebro que no le hace caso al Superyó.
El joven testigo de Jehová llega todos los sábados para estudiar la Biblia con mi vecina.
El testigo de Jehová no sabe que la vecina es atea y muy buena actriz.


10 (62p)

El fin

La guagua anunciadora cruza la calle sin hacer ruido.
Mi abuela ya no abre la persiana para descubrir al nuevo amante de la vecina.
Mi tía religiosa ya no disfruta de la pornografía vintage.
Ya no me masturbo pensando en mis compañeros del bachiller.
El mundo se acabó delante de nuestros ojos distraídos y no tuvimos tiempo de orar ni de llorar.


11 (43p)

Ángeles y Suicidas

He tenido malos viajes con drogas y con salivas.
He bailado en los bares de la zona con ángeles y con suicidas.
Me he escondido en el Parque Duarte buscando sentido y poesías.
He sido asesinado y crucificado por fanatismo y por mentiras.


12 (55p)

La gente

La gente de esta ciudad se burla de las tristezas,

a veces parece inmadurez,
veces parece un don ancestral.



La gente de esta ciudad es poeta y todóloga por naturaleza:

el "No sé" es lo único que desconocemos.



La gente de esta ciudad es fácil de engañar,
con prédicas antiguas,

con promesas y con beísbol.


13 (61p)

Jesús volvió

Jesús volvió y no te diste cuenta,

anduvo sonriendo en caravanas de color y le lanzaste tu odio.



Jesús volvió y no lo notaste,

te saludo desde su motor y pensaste que te iba a atracar.



Jesús volvió y no te diste cuenta:
caminó desnudo luchando por su derecho a elegir y lo censuraste.



Lo negaste y lo volviste a crucificar.


14 (71p)

El poema

Otra vez vuelvo a iniciar de cero:

llevo dentro una enfermedad,
una cruz que debilita las raíces.

Ya no soy el caminante, soy el camino.



Una década es un segundo.
Una vida es un día.
Una eternidad es un sueño con psicodelia.



Soy una ola que saluda y se despide de Güibia.
Soy el sol que te ilumina y te quema con pasión.

Ya no soy el poeta, soy el poema.


15 (29p)

Forzado a salir,
a renunciar y a olvidar:
Al útero,
a la infancia,
al mar,
al barrio,
los sueños,
la escuela dominical,
el libro Nacho,
la adolescencia,
la vida.


16 (44p)

Manín

Adentro vuelvo a ser, a sentir y a escribir.
Afuera vive un guión que me aterra.
Afuera, el muchacho que atiende el colmado me dice: "Qlq manín".
Adentro, su cuerpo vuelve y me saluda, y su alma sin tabúes me abraza.
No quiero salir.


17 (71p)

La naturaleza cae,

las calles lloran
,
el verde se pierde.

Nuestros niños sueltan el bate y agarran pistolas.

El Ozama pierde la esperanza de renacer.
Los hombres sueñan con luces y tierras lejanas.

El verde se pierde.
Nuestras niñas dejan caer sus muñecas y su inocencia.

Las mujeres se sienten feas,

han olvidado su magia y su grandeza.
Las paredes ya no cuentan historias,
las huellas del campo han sido borradas.


18 (72p)

Juan Binbín

Soy el que sube a palacios prohibidos y conversa con paredes y fantasmas sexuales.
Soy el que huye de la niñez y se esconde debajo de sabanas y pieles que no le pertenecen.
Soy Juan, el del Binbín, el que camina por el conde con amigos extranjeros e imaginarios.
Soy el que se sienta en el Lido a escribir poemas y observar a los hipócritas de esta ciudad perderse en la oscuridad.


19 (73p)

Indiferente y cruel,
ardiente y castigador como Dios:
así nos mira el sol,
apresurados, agonizando en medio
de tapones que nunca terminan.
En medio de oraciones y sueños que se quedan
dentro de un carrito público en la 27.
Se burla el sol de nuestra ansiedad
por llegar a tiempo a un trabajo que odiamos.
Se burla el Sol de nuestra ceguera existencial,
de nuestras etiquetas,
de nuestras barreras,
de nuestra sexualidad reprimida.


20 (62p)

Desde la azotea puedo ver al mar Caribe ocultando la verdad.
Desde la azotea, veo como atracan al vecino.
Desde la azotea miro a la vecina arrodillarse mientras el delivery del colmado cierra los ojos.
Desde la azotea, veo el humo de mi cigarrillo alejarse en búsqueda de nuevas tierras;
alejarse sin despedirse, alejarse libre y sin temor,
como debería hacerlo yo.


21 (72p)

Sin temor al colapso

Hay vida y muerte en todo lo que escribo.

Demonios con adicciones tocan a mi puerta

y ángeles en calma acarician mi cabeza.



Hay vida y muerte en todo lo que veo.



El universo vive y muere sin detenerse.

Mi alma vive y muere sin temor al colapso.

La calle del barrio duerme en el día y despierta en las noches.
Les digo Adiós a mis muertos y hola a mis neonatos.


22 (52p)

Biblia y alcohol

¿Qué haríamos sin este espejismo?
¿Qué haríamos sin la Biblia y el alcohol?
¿Dónde esconderíamos el dolor que deja perseguir esta infinita carrera?
¿Dónde sepultaríamos los traumas de las deudas y de la quincena?
¿Dónde encontraríamos las fuerzas si los sábados no fueran de fiesta y los domingos no fueran de iglesia?


23 (68p)

Lágrimas en ron

Cristo está en todas partes:
ha sido obligado a viajar, influir, sufrir y controlar.
Lo encuentro los viernes en el colmadón.
Los siglos pasan y aún disfruta de convertir lágrimas en ron.
Lo encuentro en el retrovisor del carrito público que me lleva a mi infierno personal.
Su cruz actual es escuchar las quejas continuas de un chófer que anhela ser estrella porno,
pelotero, o cantante de dembow.


24 (70p)

Mal viaje

Volver a la calle quince:
el barrio está lleno de puertas al pasado,
el color, el olor, la muñeca y la escopeta.

Volver es un mal viaje,

el profesor me da un reglazo
:
ese hombre huele más a ron que a cariño,

esa mujer le teme a elegir la pintura.
Volver es una maldición.
No quiero ser pelotero ni soldado,
solo quiero jugar con la María Palito de mi prima.


25 (60p)

Otra

Otra pared sin empañetar:
un nuevo rincón para abrir las puertas de la percepción.
Otro niño ha sido silenciado en la clase de religión.
Otra niña ha comido frutas envenenadas.
Otro hombre ha perdido sus prestaciones laborales.
Otra hoja de zinc está a punto de salir volando.
Un nuevo callejón para fingir por una hora que somos libres y felices.


26 (70p)

Recurrente

Un tema recurrente,
una ciudad oscura,
un cuaderno lleno de poemas fatalistas,
un olor a romo que no me lo quita el incienso, ni el perfume de la adultez.
Una pesadilla constante que se burla de niños nacidos en los años ochenta.
Una cita terapéutica en secreto,
una sonrisa fingida para la foto del perfil,
un regalo del día del padre que nos duele comprar.
¿Aprenderemos algún día a perdonar?


27 (12p)

Inclusión

El universo escribe,
la naturaleza susurra.
Las frutas recitan poesías.
Consciencia.
Inclusión.


28 (86p)

El nuevo Mesías

Tal vez el arcoíris nunca aparezca.
Tal vez, continúen sangrando por varias décadas las heridas de la ciudad.
Tal vez dejen de mendigar educación los hijos de los hijos de mis hijos adoptados.
Tal vez el nuevo Mesías salga de su escondite milenario y encarcele a los ladrones y a los traidores que nos gobiernan.
Tal vez yo sea el nuevo Mesías.
Tal vez tú seas el nuevo Mesías.
Tal vez, el nuevo Mesías será uno de los hijos de los hijos de mis hijos adoptados.


29 (46p)

Amigos

Siempre vuelven las risas,
siempre vuelven las lágrimas,
vuelve el Sol bipolar, te sonríe, te maldice.

Vuelven los amigos, los reales, los imaginarios.
Vuelven con sus skateboards,
vuelven con sus sueños,
vuelven con su juventud.

Fuman y vuelan,
vuelan y vuelan
y se olvidan de mí.


30 (66p)

La poesía te llama, te encuentra, te usa, te salva.
Mata hambre te inspira, te asusta, te cambia.
De madrugada, me topo con borrachos y con jóvenes asesinados y no los sé diferenciar.
Nuestros borrachos, nuestros jóvenes y nuestros muertos lucen igual.
Ellos me miran y me aceptan como soy.
¿Qué busco a esta hora?
¿Por qué no puedo dormir?
Me siento inspirado, borracho y muerto.

FACEBOOK TWITTER TUMBLR PINTEREST
Con la tecnología de Blogger.