Bernie Pérez, Santo Domingo 1990.
1 (99p)
No sé si voz abierta, a serte sincero.
Más de diez años que no desespero más que éste desierto absurdo.
Sudar de las orejas al escuchar el recuerdo.
Mostrar la sed cuadriculada.
Y contar.
Dejar el insomnio varado en el mar.
Soledad que transita las arenas del concreto.
No vale la pena masturbarme despierto.
Cuando el fin está aquí.
Decir te amo con una huella disfrazada de sonrisa.
Ni el espasmo de los cocuyos.
Sin perforar la telaraña, como el polvo.
Aún los sueños del tercer mundo se extienden.
Cuando ya aparte nos marchemos.
Cuando ya aparte nos marchemos.
2 (93p)
Cuando de las diez, las monjas encima del capote.
Cubanos en oscuridad, San Pedro en este bonche.
Más jinetes que ruedan en mercados, rosarios, padrenuestros que ya no tienen cansancio.
Rueda ya en lunas llenas, el infierno del enamorado.
Escenas en la puerta del cementerio, y el macho en sabor.
La virginidad aún no juega en hacerse grande.
Desbaratado ya está la cruz del calumniado despecho, no tan amueblado.
EL mercado ya cierra después de la cruda temporada, sin conocer al viernes negro.
Sin hablar de aquella labia inoportuna, del macho de ciudad.
3 (105p)
La tiza acababa de enebrar la sangre un poco más fuerte.
No era tan común ver la inecuación absolverse tan rápido.
Cuando la mano desnuda de la historieta, pregonaba que prestara atención.
SI lo primero que quise, fue el lunar en los cielos.
Aún así, sin cebarnos la vida, hubo embarazos escasos en ese momento.
Era ovio que marcharnos lejos, pariría lo que multaba la pobre suspensión.
La discusión era antónima entre los muchachos, “hay que halarle la cadera”.
Ni de mí cuando juré, escaparme en la canción.
Ni del tiempo en sus heridas, que resaca para pensar.
Cuando ya desnudos quisieran entre si interactuar.
4 (103p)
¿Qué va a hacer del tiempo luego de ir a casa?
¿Ni del calor para tomar?
¿Hay dolor entre los huesos?
¿Si hay de dos en estos huesos?
¿Habrá grietas en el magma?
¿Ni primates en las cavernas?
¿Rarezas del Mar en Vivo?
¿Despierto en el café amargo?
¿Olvido en tu propio tejado?
¿Tabla de contar para que lo imagineís?
¿Ni del amor del que no quiero volver?
¿Boca agria en el Peñón?
¿Capas blancas que esconden en Dallas?
¿Dime si vuelvo, perdido yo?
¿Dime, si aparte descubro las nalgas del Dios?
¿Sólo para quiénes, me pregunto al acento, que sonríes del yo?
5 (81p)
SI es de mí, que compito con tu beso fugaz.
Pensando en el claro del sostén, amarrado en la pared.
X de tantos cuernos y acaricias de mal sabor.
Ni tanto de aquí, cuando nos vemos.
Tantos Venus y Marte, del lunar del espéctaculo.
El momento se hizo entender, ni del combate del lunes gris.
SI es de ti, cuando muerdes el labio con cierta palidez.
Acusando al tuerto dios de las puertas cerradas.
Si nunca coincidimos, en tus alas tristes.
